Ser un buen amigo

Durante la infancia los sentimientos de amistad se manifiestan de forma espontánea y sincera, sin embargo cuando crecemos las cosas cambian, pues los acontecimientos revuelven nuestra forma de ser, y cuando esto sucede es probable que confundamos a un conocido o compañero con un amigo.
Por ese motivo creo que para identificar a un buen amigo sólo es necesario recordar los momentos difíciles en los que te acompaña; porque una persona que se interesa por ti se molesta cuando te dejas caer, cuando desperdicias tu tiempo y no haces algo de provecho con él, y cuando pierdes el sendero te ayuda volver.
Así que no importa cuántas veces una persona este a tu lado en momentos de bonanza, porque el valor de la amistad se prueba en contextos de dificultad y necesidad.
Como un pequeño ejemplo compartiré con ustedes una parte de mi vida, espero que no les moleste. El embarazo de la madre de mi hija fue bastante complicado, porque el riesgo de que ambas perdieran la vida era alto, así que cuando llego el momento del parto teníamos mucho miedo.
Recuerdo que estaba sentado frente a la sala de operaciones esperando noticias, y cuando salió la médico indicó que la bebe estaba bien pero la mamá se encontraba en peligro, así que era necesario donar sangre para reponer las unidades extra que le colocaban.
A la una de mañana llame a todas las personas que podían donar, sin embargo sólo tres amigos aparecieron en la clínica; cuando la mamá de mi hija fue estabilizada le agradecí a Dios por dejarme conocer a estos tres grandes hombres, pues ese gesto quedó grabado en mi corazón.
Han pasado los años y sólo dos de mis amigos viven en el mismo lugar, el otro tiene una vida en tierras norteamericanas.
Debo mencionar que siempre es bueno conocer gente nueva, porque tal vez puedas añadir otra persona querida a tu círculo familiar, aunque deben recordar que una amistad se forja poco a poco.