No juegues en la calle…

Cuando empezamos a caminar nuestros padres siempre están pendientes de nuestras caídas, pero cuando nuestra capacidad psicomotriz alcanza una etapa de supuesta autosuficiencia siempre necesitamos y deseamos explorar el mundo que nos rodea.
Y por esa razón es probable que durante nuestra niñez fuésemos reprendidos por estar jugando en el exterior de la casa en varias ocasiones, e incluso estoy seguro que recuerdan la típica frase de nuestra madre o padre (según la ocasión)
No juegues en la calle porque es peligroso.
Ahora que los años han pasado nuestra perspectiva ha cambiado, y reconocemos la importancia de los cuidados, sugerencias y reglas que nos ayudaron a crecer de la mejor manera.
Sin embargo a veces nuestra cabeza se calienta y se nos ocurre pretender ser valientes o tontos en cualquier aspecto de nuestra vida, lo bueno es que todos tenemos la fuerza necesaria para salir adelante después de cualquier traspié.
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