Un buen ejemplo de música callejera
Hace poco conocí a una persona que recorre el mundo tocando música callejera; en un principio no creí que la experiencia de vida que podría compartir fuera tan rica en variedad, pero sin duda disfrute tomar un café con él.
Según su visión de vida, no se necesita de mucho dinero para subsistir en este mundo cambiante, además adecuarse a las diferentes situaciones es vital para afrontar una realidad que muchos desconocemos.
Por otro lado, creía que los músicos callejeros vivían en el límite de la pobreza, sin embargo quede sorprendido al saber que durante un buen día pueden ganar hasta 150 euros, claro que esa cantidad debe ser administrada coherentemente, pues como en todo negocio hay días de vacas gordas y vacas flacas.
En fin, después de un par de horas de conversación me atrevo a reconocer que no tenía idea de ese estilo de vida, y aunque la música callejera no augura un futuro prometedor, les permite gozar de libertad e independencia a su manera.
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